viernes, 20 de enero de 2012

La sed, George Simenon

En la idílica Floreana, una isla en el archipiélago de las Galápagos, vive desde hace cinco años Frantz Müller, eminente profesor universitario de Berlín y autor de importantes obras filosóficas. Tiene como compañera a Rita y, como vecinos, a los Herrmann, que se han instalado en la isla con la esperanza de que mejore la salud de su enfermizo hijo Jef. Acorde con su filosofía existencial, la forma de vivir de los habitantes de Floreana es muy primitiva, casi de subsistencia, pues sólo cada seis meses les trae víveres una goleta. Pero la paz de la isla se ve arruinada el día en que desembarca la excéntrica e insoportable condesa Von Kleber, que, acompañada de los gigolós Nic y Kraus, llega decidida a abrir un hotel para turistas adinerados en lo que ella considera el paraíso.

Esta es la última novela que he terminado de leer y mi primer contacto con Simenon.

Ambientada en una isla en el archipiélago de las Galápagos, la historia comienza con la llegada a la isla de la excéntrica condesa Von Kleber y sus dos amigos con la intención de construir un hotel. Esta intrusión supone un cambio radical para todas las personas que en ese momento habitan la isla, a saber, el doctor Frantz Müller con su compañera Rita y sus vecinos los Herrmann.

A partir de la llegada de la condesa empiezan a suceder en la isla una serie de acontecimientos que cambiarán completamente el modo de vivir de sus inquilinos, cuya forma de vida es casi la de subsistencia. El carácter excéntrico y festivo de la condesa choca completamente con el modo de ser reflexivo y práctico del doctor, escritor de obras filosóficas, lo que llevará a una disputa por los mínimos recursos de la isla (de ahí el título del libro, aunque también se pueda entender de un modo más metafórico).

Centrándose completamente los personajes, Simenon nos describe lo difícil que puede ser la convivencia entre personas tan distintas cuando ninguna está dispuesta a ceder, situándolas además en un entorno aislado del que es muy difícil salir.

Quitando que, en mi opinión, le falta alguna descripción para poder hacerse una idea de como es el entorno y que alguna historia secundaria la deja un poco a medias, es un libro muy recomendable. No va a ser, desde luego, lo último que lea de Simenon.