sábado, 4 de agosto de 2012

El capitan salió a comer y los marineros tomaron el barco, Charles Bukowski

En El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, una metáfora del lamentable estado de la nave que nos lleva, Bukowski es más que nunca un filósofo. El libro es un diario de los últimos meses de su vida, cuajado de reflexiones hechas desde la cima de su experiencia. Todo ha cambiado para seguir igual; Bukowski vive en una casa cómoda, con piscina y jacuzzi y un buen coche en el garaje, pero la desesperación es la misma: «No sé lo que le pasará a otra gente, pero yo, cuando me agacho para ponerme los zapatos por la mañana, pienso: Ah, Dios mío, ¿y ahora qué?. Estoy jodido por la vida, no nos entendemos. Tengo que darle bocados pequeños, no engullirla toda. Es como tragar cubos de mierda. Nunca me sorprende que los manicomios y las cárceles estén llenos, y que las calles estén llenas...» Charles Bukowski conocía el único secreto que merece ser conocido: que lo único que importa es que nada tiene importancia.

Es esta una novela autobiográfica en la que Bukowski nos cuenta, a través de sus anotaciones en un diario, sus últimos meses antes de morir.  A base de las anécdotas escritas en dicho diario, vamos conociendo la parte más personal de este escritor de culto.

Encontramos a un Bukowski que ya está de vuelta de todo y para el que lo más importante es la rutina diaria (bien ejemplificada con sus visitas diarias al hipódromo, escribir y su mujer) y darle un sentido a una vida que ve como, poco a poco, se le va escapando.

Aunque nos encontremos a un Bukowski ya mayor, su estilo sigue siendo tan fresco e irreverente como en sus inicios, por lo que si esperamos encontrar algo distinto a lo habitual en él, nos vamos a llevar una decepción. Eso sí, aunque el estilo siga siendo el mismo, se nota mucho la madurez que los años y la experiencia le han dado.

Entre las anécdotas que cuenta o las reflexiones que hace hay algunas muy interesantes (otras no tanto), pero lo que más me llamó la atención es que nos encontramos a un hombre que, después de haber recibido el merecido (aunque tardío) reconocimiento, vive felizmente casado en una casa con piscina. Quizás esa sea la única forma en la que jamás me habría imaginado a este hombre.

Me pareció un libro muy interesante si te gusta Bukowski y quieres saber más de su filosofía de vida, sino entiendo que pueda ser un libro bastante aburrido. Lo bueno que tiene es que es bastante corto y, además, es muy fácil de leer.

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