
Es esta una novela autobiográfica en la que Bukowski nos
cuenta, a través de sus anotaciones en un diario, sus últimos meses antes de
morir. A base de las anécdotas escritas
en dicho diario, vamos conociendo la parte más personal de este escritor de
culto.
Encontramos a un Bukowski que ya está de vuelta de todo y
para el que lo más importante es la rutina diaria (bien ejemplificada con sus
visitas diarias al hipódromo, escribir y su mujer) y darle un sentido a una
vida que ve como, poco a poco, se le va escapando.
Aunque nos encontremos a un Bukowski ya mayor, su estilo
sigue siendo tan fresco e irreverente como en sus inicios, por lo que si
esperamos encontrar algo distinto a lo habitual en él, nos vamos a llevar una
decepción. Eso sí, aunque el estilo siga siendo el mismo, se nota mucho la
madurez que los años y la experiencia le han dado.
Entre las anécdotas que cuenta o las reflexiones que hace
hay algunas muy interesantes (otras no tanto), pero lo que más me llamó la
atención es que nos encontramos a un hombre que, después de haber recibido el
merecido (aunque tardío) reconocimiento, vive felizmente casado en una casa con
piscina. Quizás esa sea la única forma en la que jamás me habría imaginado a
este hombre.
Me pareció un libro muy interesante si te gusta Bukowski y
quieres saber más de su filosofía de vida, sino entiendo que pueda ser un libro
bastante aburrido. Lo bueno que tiene es que es bastante corto y, además, es
muy fácil de leer.
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